Siempre amaré esta foto. Fue la primera vez que Isabela durmió en mi pecho. Sentir un espíritu puro tan cerca fue un momento que dividió mi historia en dos. Mi "lucky 7" había llegado y ese evento ha sido el gatillo emocional del cambio en mi vida. Debo confesar que sigo siendo el mismo, la ladilla y lacra que todos ustedes conocen. pero tengo una hija que, tras dos años cumplidos hoy, corre a abrazar y llenar de amor a esta lacra que vuelve a sentirse humano al cruzar la puerta de la casa. Mi fortaleza y debilidad en la combinación perfecta. Es mi tesoro. Hoy cumple dos años mi Isabela, mi nuevo mundo - de hecho, La Isabela fue la primera ciudad de este lado del mundo fundada por Colón - y mi revolución.
Por tí aprendí a cantar "como nuevo yo me siento, gracias Doc por todo lo que hiciste por mí". Por ti aprendí a cambiar un pañal. Por ti, aprendí a coger con delicadeza todo lo demás. Por ti, se me parte el corazón con cada llanto ajeno. Me hiciste más humano. Me enseñaste desde el primer segundo de tu vida - aquel instante emocionante en que escuché tus veloces latidos en el primer examen - a percibir el mundo con más paciencia. Tu pan bajo el brazo fue la sabiduría. Las canas son el accesorio. Por ti espero las noches para despertarme corriendo. Por ti, espero los jueves y los sábados para llevarte de la mano al nido y, en cada paso, decirle al mundo "ella es mi hija".
Quizás el resto del mundo no vea lo que veo yo, pero eso es lo bonito. Ambos estamos unidos por encima de cualquier situación legal o sanguínea. Estamos unidos por historia. Tu madre y yo hicimos una historia en la que tú eres la protagonista. Seré el más grande fan y el más severo crítico. En estos dos años, por lo menos, siento que viví dos veces. Cuando llegues a mi edad, espero que seas el ser humano que no puedo llegar a ser. Hoy eres mi más grande logro. Mañana serás mi más grande ejemplo. Te amo.
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