En un principio, Windows 8 destacó por ser la apuesta directa de Microsoft en el terreno táctil, canibalizado desde antes por iOS y Android. Incluso desde hace unos años, algunas marcas importantes habían intentado trasladar la experiencia táctil a Windows 7 acumulando fracasos en ventas. Con un Windows “touch” la expectativa de firmas constructoras se disparó por diferentes caminos, pero con la consigna de “diferenciarse de la Tablet tradicional”. Parte de esa idea motivó la aparición de versiones en hardware, como las que analizaremos en este artículo. Ojo, estamos ante la primera generación de dispositivos con Windows bajo estos parámetros, y bajo esa condición hay que evaluar su rendimiento.
HP ENVY X2
El truco de este “hibrido” es la posibilidad de separar la pantalla y el teclado, para usarla como una Tablet. En este formato, el dispositivo pesa 680 gramos. Con el teclado puesto, roza el kilo y medio. Como laptop, puede usar el entorno completo de Windows y la nueva interfaz táctil, pero al oscilar entre una y otra decae en rendimiento, entendiendo las limitaciones que posee en hardware. Sin embargo, en la nueva interfaz se comporta como mantequilla.
¿Quién debería usarlo? Un estudiante o un profesional que no necesite grandes procesos gráficos ni desarrollo multimedia.
LENOVO THINKPAD TWIST
Está construida en plástico, pero se siente sólida en las manos. Pesa 1,58 kg, y la batería puede sobrevivir hasta 7 horas. Por momentos, la base giratoria de la pantalla no encaja con precisión en algunas posturas, lo que puede llegar a ser frustrante. Lo que nunca entendí fue la decisión de colocar los botones que emulan al ratón sobre el panel táctil, cuando lo usual es colocarlos abajo y accionarlos con el pulgar. Como Tablet, pesa mucho. Como laptop, funciona mejor.
¿Quién debería usarlo? Un ejecutivo que desee mostrar documentos en reuniones, o un estudiante que desee intercalar el ocio con el trabajo en diferentes posturas.
TOSHIBA SATELLITE U925t
Estamos inicialmente ante una pantalla que cuenta con un teclado deslizable desde la base, casi como un Smartphone de hace dos años. El primer impacto es raro: tener la pantalla hacia arriba y desprotegida no me da mucha confianza, incluso siendo Gorilla Glass. Lleva en las entrañas un procesador Intel Core i5, 4Gb de RAM, disco sólido de 128 GB y una autonomía de 4 horas tras uso intenso.
Lo bueno de este equipo es que no se centra en la experiencia laptop, sino que añade botones a los lados para una mejor experiencia: bloqueo, rotación de pantalla y volumen. ¿Tremendo punto a favor? Tiene un precioso teclado retro-iluminado, perfecto para esas noches oscuras. El problema es que ese coqueto detalle impacta en la vida de la batería. Aun así, es un equipo versátil y potente.
¿Quién debería usarlo? Personas que buscan un término medio diferencial entre look y rendimiento.
Hay varios modelos que irán surgiendo en estos meses, pero esos han sido los que hemos tenido a mano. Son propuestas interesantes, que se proyectan en lo estético y funcional, pero que se han visto limitados en rendimiento. La siguiente generación podría ser más atractiva, si apuestan a una nueva generación de procesadores que permitan un mejor desempeño con menor consumo de energía, y resguardando la estética. Por lo pronto, hay mercado para experimentar.
Artículo publicado en la revista VelaVerde
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