La ficción siempre nos ha convencido de la presencia de un “gran hermano”, que monitorea nuestras conversaciones privadas y todo aquello que no queremos revelar al mundo. Nos hablan de cámaras diminutas, micrófonos escondidos, software de rastreo y todo tipo de fantasía disponible en los laboratorios de NCIS. Hoy, esa prosa parece ridícula ante la innegable realidad: un gran centro de datos que tiene acceso a la privacidad de los usuarios de Internet en todo el mundo. Hoy ya no tienes secretos.
PRISM es un proyecto generado desde la NSA (National Security Agency) para espiar las comunicaciones personales desarrolladas en Internet, y centrada exclusivamente en extranjeros – a.k.a. todo aquel que vive fuera de los Estados Unidos -. Las firmas que brindaron acceso directo a este sistema son Apple, Google, Microsoft, Yahoo, Facebook, LinkedIn, Twitter, AOL. PayPal, Instagram, Tumblr, Dropbox, y otras más. Así de grandes son los responsables. Toda la información que transita por estas marcas se filtra en metabuscadores que categorizan en palabras claves tus chats, archivos y mensajes privados. Así de fuerte es el asunto.
La idea se gesta como parte del Patriotic Act, una serie de medidas propulsadas por el expresidente George W. Bush luego del atentado del 9/11 para fortalecer los poderes de la CIA, el FBI y la propia NSA. El principal objetivo de este cónclave de información es desbaratar actos de terrorismo que pudiesen ser organizados desde servicios web. En base a ese supuesto de colocar a toda la humanidad online como “potenciales criminales”, el gobierno monitorea y filtra toda la actividad privada de los usuarios amparados en la búsqueda de grupos terroristas.
La comunidad estadounidense ha dado un inusual respaldo a esta medida, luego del pronunciamiento del propio presidente Barack Obama; quien, fuera de negar la existencia del proyecto US-984XN (nombre en clave de PRISM), ha insistido en la necesidad de vigilar la red de redes para prevenir actos de violencia. La estadística podría darle la razón a Obama en esto, pues se desbarataron 50 complots desde el 2001 bajo este mecanismo de espionaje.
La información fue filtrada por Edward Snowden, exintegrante de la CIA y consultor de NSA, quien expuso al mundo la entraña rara del proyecto PRISM. Hoy, al igual que Julian Assange de Wikileaks, estaría buscando un asilo político en Ecuador. La primera gran consecuencia de este sistema ha sido el deseo abierto de otras naciones por contar con este sistema. En Alemania, Angela Merkel defendió hace días la vigilancia de Internet “para que no estemos en las manos de los terroristas”. Incluso Reino Unido instaló centrales telefónicas falsas y keyloggers para espiar a los asistentes al G20, según documentos entregados a The Guardian por el mismo Snowden.
Si quieres ser parte de una nueva tendencia de migración hacia zonas seguras para cuidar tu información, te recomiendo visitar prism-break.org, un site que cuenta con webs alternativas a los servicios arriba mencionados. Entre las recomendaciones, destacan el uso de Firefox como navegador y DuckDuckGo como motor de búsqueda. Es momento de soltar el mainstream de Internet y pensar seriamente en el resguardo de nuestra privacidad.
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