Hay mucho mito asociado al audio digital. Desde la masificación de los formatos comprimidos, empujados por las redes P2P y los modelos comerciales firmados entre las disqueras y Jobs en la primera parte del milenio, la subjetividad es el rigor más importante en el tema del “buen sonido”. Algunos prefieren descargar su música de Youtube, a pesar de la pésima calidad sonora. Otros compran música en tiendas formales y las digitalizan de manera personal. Otros prefieren ser sofistas del audio y buscan la fórmula algorítmica que menos afecte al sonido, sin importar el espacio que ocupe. En líneas generales, el mercado de audio es una gran subjetividad.
Partiendo de esto, son varias las marcas que buscan destacar como la principal. Durante años, Bose se ha diferenciado de los demás, al dedicarse enteramente a la búsqueda de una fiel reproducción de audio, sin perder calidad en el modelo que ofrezca. Una de esas entregas sorprendentes ha sido el SoundLink Mini, un equipo pequeño de excelentes prestaciones que tengo el agrado de reseñar.
DISEÑO
Apenas sale de la caja, uno se queda algunos minutos observando las curvas del dispositivo. No es de gran tamaño, pero llama la atención inmediatamente. El acabado es excelente, ningún recodo desentona del concepto y es fácil de llevar, a pesar de sentirse algo pesado a la mano. Sus 670 gramos están bien distribuidos en el cuerpo de aluminio. No pasa de las siete pulgadas de tamaño y es casi del tamaño de un speaker de computadora.
La distribución de los 6 botones de función es bastante simple: encendido/apagado, silencio, controles de volumen, bluetooth y selector de entradas. En la parte lateral, hay dos ingresos de cable – uno para auxiliar análogo de 3,5mm y el input de energía – y en la base se muestra un conector USB – una pena que sólo sea para firmwares – y el sensor para carga inalámbrica. En líneas generales, es un diseño minimalista que puede resultar engañoso a la vista.
DESEMPEÑO
Aquí viene la mejor parte del SoundLink Mini. El reconocimiento de dispositivos Bluetooth es bastante simple, y unos segundos bastarán para emparejar cualquier terminal. Lo probé con iOS, BB10, Windows Phone, Android, Windows 8, Play Station 4.... TODO. Se extraña, a diferencia de los modelos Sony de este año, un sensor NFC para emparejamiento directo. Sin embargo, al escuchar la calidad de audio, esas necesidades quedan en segundo plano.
Debo decir que el sonido es espectacular. He tenido oportunidad de llevarlo conmigo a varios lugares, y de exhibirlo con amigos y conocidos. Nadie podía creer que esa calidad de reproducción podría provenir de unos parlantes de ese tamaño. Debo confesar, también, que cuando la gente reparaba en la marca frente a la bocina había un voto unánime de confianza al equipo.
Como podrán notar, el nivel de reproducción es óptimo sin importar el género que se escuche. A diferencia de algunos sistemas parecidos – algunos speakers de la línea SRS-BT de Sony, por ejemplo – la firmeza de los bajos no se sobrepone a la claridad de arreglos como platillos o notas muy finas. Ocurre que en casi todos los sistemas portátiles en el rango de precios entre 500 a 1000 soles, el sonido parece entubado en una sola señal, sin poder separar los arreglos y los diferentes instrumentos de la estructura musical. Con los SoundLink Mini, eso no es un problema. Los planos son reproducidos fielmente y el grave no llega a niveles censurables.
El gran handicap del equipo, sin embargo, es la ausencia de conectividad telefónica. No funciona como un “speakerphone”, a pesar que hubiese sido el complemento ideal para un equipo de ese precio y calidad. Por costos similares, uno encuentra una oferta amplia en el mercado local, y que añade un sistema eficiente de recepción de llamadas. Bose limita el equipo a la reproducción musical. Está bien si sólo buscas eso, pero extrañarás estas prestaciones cuando pongas el Bose SoundLink Mini en tu mesa de noche o tu escritorio de oficina y quieras atender una llamada de manera más cómoda.
Otro punto a favor del equipo es la carga inalámbrica. La ventaja de un equipo portátil es la facilidad de desmontarlo; ,y en ese punto, Bose acertó con el dock de carga. Es ligero, tiene un cable de buena longitud, y no es molesto para ubicar el sitio correcto de carga. Basta dejar sobre la base al SoundLink Mini para escuchar un potente BIP que nos avisa el inicio de la recarga. La autonomía del equipo va entre5 a 7 horas de uso intenso.
En líneas generales, estamos frente a un dispositivo centrado en la calidad sonora. Se obviaron componentes algo más “smart” – un panel para distinguir la canción que suena, botones para controlar la reproducción y los tracks, entre otros detalles – para darle contundencia al sonido. Puedes amenizar una reunión mediana, conectar la salida análoga de tu TV y darle un impacto mayor a tu película, o llevarlo contigo en el auto. Te pido, eso sí, respetar al de al lado con tu volumen. Por más que sea Bose, un enfermito a volumen alto nunca cae simpático.
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