La semana pasada, varios blogs de tecnología y analistas de economía
comentaban con sorpresa el siguiente dato: el Bitcoin llegaba a US$94. Para
muchos, podrá sonar a fichines a usar en FarmVille. Para otros, es el cimiento
de un paradigma íntegro de transacción limpia y controlada por el propio
usuario.
El Bitcoin es una moneda electrónica P2P – transferencia personal – que
gestiona su intercambio a través de una gran comunidad. En palabras simples:
Cuando gastes un Bitcoin, toda la comunidad sabrá a quién fue a parar, y
controlará que no haya un gasto doble de la moneda electrónica. Siempre se
maneja un registro público de las transacciones Bitcoins para evitar
falsificaciones o emisiones fraudulentas.
Este sistema fue diseñado en 2009 por “Satoshi Nakamoto”, un seudónimo
que encubre a una o varias personas asociadas al proyecto. “Una moneda electrónica es una cadena de firmas digitales.
Para transferir una moneda, un pagador firma digitalmente una cadena con
información de las transacciones anteriores, a la que le agrega al final una
‘llave pública’ que es la dirección del recibidor. Un recibidor
puede verificar las firmas para confirmar todas las transacciones realizadas
anteriormente“, explica “Nakamoto”.
Bitcoin no depende de un banco que añada sus intereses o mágicos ITFs, sino que establece parámetros de monitoreo vía software entre todos los usuarios de este sistema. Hasta no validar al 100% el origen y el destino del Bitcoin, la transacción no se realiza; por lo que estos intercambios suelen demorar un poco.
Bitcoin no depende de un banco que añada sus intereses o mágicos ITFs, sino que establece parámetros de monitoreo vía software entre todos los usuarios de este sistema. Hasta no validar al 100% el origen y el destino del Bitcoin, la transacción no se realiza; por lo que estos intercambios suelen demorar un poco.
Podrás pensar que, a la larga, esto
acabará como “la maquinita” del primer gobierno de Alan García. El control que
ejerce la comunidad Bitcoin implica una regulación de las emisiones de la
moneda. Se estima que podrán emitirse hasta 21 millones de Bitcoins y, luego de
esta cifra, no se emitirán más. Esto estimulará a que la moneda tenga
subdivisiones en base al cambio, llegando hasta ocho decimales - o sea, el
mínimo es 0.00000001 bitcoins -
¿Para qué sirve Bitcoin? Prácticamente, para comprar lo que desees:
videojuegos, regalos online, servidores, cualquier tipo de servicio que acepte
esta moneda. Hay casas de cambio que pueden convertir esta divisa en euros y
dólares.
¿La ventaja? Ninguna entidad financiera, gobierno o fundación internacional
podrá congelar tu cuenta. ¿La desventaja? Quizás el celo en su uso, pues
mientras más el Bitcoin, menos querrás gastarlo. Esta figura, según Business Insider, podría generar una
deflación acelerada, pues nadie daría movimiento al Bitcoin y se arriesgaría su
estabilidad. Aún es prematura esta figura, pero hay que echarle el ojo. Más
info en elbitcoin.org
Artículo escrito para el semanario VelaVerde
Artículo escrito para el semanario VelaVerde