No me estoy quejando, pero creo que uno de los peores castigos que el hombre moderno puede sufrir es salir de compras con una mujer. Entiendo las diferencias de género, y en varias ocasiones he acompañado a mi esposa a hacer sus compras, pero compadezco a mis sufridos congéneres en el dolor que implica desprenderse de un tiempo valioso para matar zombies, jugar a la pelota, leer un libro o ver TV, y salir a recorrer kilómetros de pasillos en busca de “la prenda prometida”. Este post de Dogguie.net – un site NSFW a todas luces, ojo – resume una curiosa galería de fieles parejas y padres, que asumieron de manera admirable una “acompañadita” al shopping. En el dolor, hermanos =(
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30 de enero de 2014
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