La imagen de “madre reñida con la tecnología” o “mamá chapada a la antigua” se vino abajo hace años. La madre de hoy compite empresarialmente y mantiene en equilibrio el hogar, sin descuidar el glamour y la presencia. Sin embargo, hay que reconocer que hoy las relaciones humanas online han aumentado las distancias generacionales y reducido los “tiempos familiares compartidos”. Ante esta situación, la madre de hoy debe sopesar las medidas correctivas y orientadoras, tanto en casa como en Internet; recurriendo a estrategias conciliadoras y eficaces para no perder vigencia frente a los “nativos digitales”.
REDES SOCIALES
Ten en cuenta que el temor de cualquier chico, en este momento de la vida, es tener a su mamá en Facebook. Si lo dudas, ingresa a Oh Crap. My Parents Joined Facebook., una comunidad online de chicos que se quejan constantemente de la presencia de sus padres en la red social que ellos toman como referente de casi todos los aspectos de su vida: sexo, cultura, moda, sociedad, noticias, humor y otras tendencias más. La estadística de AOL no miente: el 76% de padres con cuentas en Facebook han enviado una solicitud de amistad a sus hijos y han sido rechazados por un tercio de ellos.
Proceder, entonces, requiere mañas distintas. La primera de ellas: controla de lejos. No interfieras con su desarrollo normal ni le quites protagonismo en “su propio mundo”, pero eso no implica dejar de supervisar. Conversa con tus hijos sobre las oportunidades y los riesgos de usar redes sociales, además de la responsabilidad de sus actos online. Males como el bullying o el acoso sexual se desarrollan de manera más intensa en Internet, y tus hijos pueden fomentarlo como víctima o victimario. Regina Lewis, asesora del consumidor en AOL, afirma que "hacer amigos es claramente una forma de popularizar la lista rápidamente. Es por eso por lo que el número de amigos mutuos es uno de los factores realmente importantes para averiguar quién puede ser un extraño".
Otro punto por el que es necesaria la supervisión es el nuevo fenómeno “Depresión por Facebook”. Una eliminación en lista de amigos, un número bajo de contactos a comparación de otros, un update que genera un malentendido o cualquier otro tipo de acción perturbadora puede desembocar en tristeza, ansiedad, pesimismo, dificultad para concentrarse, notas bajas, insomnio, irritabilidad y otras marcas nuevas en el comportamiento de tu hijo. Es importante enfrentar este tipo de situaciones con paciencia, mucho diálogo y confianza.
UBICACIÓN
Saber dónde están tus hijos en todo momento puede parecer una obsesión. En estos tiempos, en que la inseguridad aumenta al mismo nivel que las ganas de salir, es importante contar con herramientas poco invasivas para saber la ubicación de cada miembro de la familia. Sin embargo, pedir reportes cada hora o llamar compulsivamente puede ser materia de conflicto. Una opción menos invasiva y sumamente confiable es Donde está, un app que correo en diferentes plataformas – Android, iOS – y que cumple con obtener coordenadas precisas de la ubicación de tus familiares, amigos, empleados, etc.
Necesitas instalar la aplicación en los celulares de tus hijos – ten en cuenta que para un mejor resultado en las coordenadas requieren conexión a Internet vía plan de datos o WiFi, aunque ahora es más fácil conseguir hotspots en lugares públicos -, envías un mensaje de texto con “???” (así como lo ves, tres interrogantes) – y, en segundos, recibes un link con la ubicación del teléfono y visualizable en un mapa. Además cuenta con opciones One-Click de “Necesito Ayuda” y “Estoy Bien”. El mensaje “???” no llega al Inbox, haciendo que el rastreo sea imperceptible.
Si tu familia usa iOS, la aplicación GPS Phone Tracker cumple con esos requisitos también, incluyendo línea de tiempo de los movimientos hechos en el día, localizar amigos o algún equipo robado. Tanto DondeEsta como GPS Phone Tracker están disponibles en las tiendas de aplicaciones de cada dispositivo.
GADGETS
Otro de los problemas recientes es la presencia en casa de decenas de dispositivos para cada miembro de la familia, como celulares, tablets, laptops, consolas de videojuego, SmartTVs y otros tantos más. Si bien es cierto permite un mayor rendimiento académico, social y laboral, muchas veces son puertas invisibles que permanecen cerradas al diálogo y los tiempos compartidos como familia. La digitalización en exceso es, quizás, el nuevo problema en la estructura familiar.
La doctora Kathleen Clarke-Pearson, médica y profesora asistente de pediatría en la Escuela de Medicina de Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill, elaboró un estudio para el site Parenting.com, en el que proporciona algunos tips importantes para trabajar en un mejor entorno familiar que no sea prohibitivo y que busca modelos participativos. La recomendación clave en el artículo es:
"El mundo digital es un paisaje en desarrollo en el que los padres deben aprender a navegar"
Estas son las recomendaciones propuestas en el informe:
Aprende: Sumérgete en la tecnología para que puedas crear un perfil, ser "amigo" de tu hijo, y ser parte de su vida en línea. Tu hijo tal vez pueda insistir en que no lo avergüences al publicar en su muro, por ejemplo. Pero aún podrás tener una ventana a su mundo.
Sé un buen modelo: Si estás constantemente en tu celular o en la computadora, tu hijo querrá hacerlo también. Limita tu tiempo para que puedas ayudar a tu hijo a lograr un balance en su propio uso.
Apaga: Insiste en que las comidas familiares estén libres de dispositivos y fija horarios razonables para ir a la cama. Los niños y los adolescentes no duermen los suficiente de por sí, así que mantenerse despiertos la mitad de la noche en línea ciertamente no les ayudará.
Habla con ellos: No confíes exclusivamente en los programas niñera para mantenerte al día en la actividad de tu hijo. En lugar de eso, pregúntale quién está enviándole mensajes últimamente y comparte algunas de tus propias experiencias en línea (tu hijo tal vez podría abrirse y contarte sobre las suyas).
Hazlo público: Mantén la computadora localizada en el centro (por ejemplo en la sala o en la cocina) para que puedas revisar los sitios que visita tu hijo y cuánto tiempo pasa en ellos.
Sé amable: No fomentes los comentarios maliciosos, chismosos o falsos, o que sean potencialmente dañinos o vergonzosos. Recuerda a tu hijo que no existe una verdadera privacidad en línea – cada correo electrónico, mensaje de texto o de mensajería instantánea, deja una huella digital que tus empleadores futuros y colegas pueden ver.
Ponte en acción: Consulta la más reciente información de seguridad en línea (en inglés) en cybersafebook.com.
Esto no busca ser un artículo para “chicas Cosmo”. Es para hacerte saber que así como tus hijos dieron sus primeros pasos cogidos de tu mano, el ingreso a Internet debe ser bajo las mismas condiciones. Nada de obligaciones ni prohibiciones, pues (como en el mundo real) son simple argumento para hacerlo a escondidas. Si formamos bien a nuestros hijos en la vida real, la Internet será el fiel reflejo de esa educación. No lo olvides.